martes, 12 de noviembre de 2013

Los Dos Amigos y el Oso

Los Dos Amigos y el Oso

A dos amigos se aparece un oso:
El uno, muy medroso, en las ramas de un
árbol se asegura; el otro, abandonado
a la aventura, se finge muerto repentinamente.
El oso se le acerca lentamente;
mas como este animal, según se cuenta,
de cadáveres nunca se alimenta,
sin ofenderlo lo registra y toca.
Huélele las narices y la boca, no le siente
el aliento ni el menor movimiento,
y así se fue diciendo sin recelo:
—¡Este tan muerto está como mi abuelo!
Entonces el cobarde, de su gran amistad
haciendo alarde, del árbol se desprende
muy ligero; corre, llega y abraza al compañero.
Grande la fortuna de haberle hallado
sin lesión alguna y al fin le dice:
—¿Sabes que he notado? que el oso te decía
algún recado. ¿Qué pudo ser?
—Te dire lo que ha sido: estas dos
palabritas al oído:
“Aparta tu amistad de la persona 
que si te ve en el riesgo te abandona"
(Moraleja)


Autor:
Félix M. Samaniego

Los músicos de Bremen

Los músicos de Bremen


En un lugar cercano a la ciudad de Bremen
vivía un burro. Estaba tan viejo que ya no
podía trabajar.
El burro pensó que como él cantaba tan 
bonito podría formar una orquesta.

El burro se encontró con un perro viejo
y triste, a quien sus dueños echaron de
la casa, y le dijo: —Tú cantas muy bonito.
¡Vámonos a Bremen y formaremos una orquesta!-


El burro y el perro se encontraron con un gato
viejo y triste que ya no podía cazar ratones
y a quien sus dueños echaron de la casa. 
El burro le dijo: —Tú cantas muy bonito. 
¡Vámonos a Bremen y formaremos una orquesta!-

el burro, el perro y el gato se encontraron 
con un gallo viejo y triste, a quien sus dueños
querían cocinar en caldo. El burro le dijo: 
—¡Vámonos a Bremen y formaremos una orquesta!-


Cuando llegaron a Bremen todos vieron una casa
con las luces encendidas. El burro les dijo:
—¿Qué les parece si cantamos? Tal vez nos 
den de comer—. Pero dentro de la casa estaban
tres ladrones.


El perro se subió sobre el burro, el gato
sobre el perro y el gallo sobre el gato. 
Contaron hasta tres y empezaron a cantar.
Los ladrones se asustaron con los horribles
cantos y salieron corriendo de la casa.

Entonces, el burro, el perro, el gato y el
gallo entraron en la casa, comieron y se 
durmieron. Los ladrones regresaron a la casa.
Pero al entrar...
El gallo los picó.
El gato los rasguñó.
El perro los mordió.
Y el burro los pateó.


Los ladrones salieron corriendo y nunca más
volvieron. Los animales decidieron quedarse
a vivir en la casa,donde cantaban, alegremente.
Desde entonces la gente los llamó: 
Los músicos de Bremen.


Libro de lecturas de primer grado(el de la portada del perrito)

lunes, 11 de noviembre de 2013

La gallinita ciega

La gallinita ciega


Óscar y sus hermanos, Rosa y Víctor, inventaron
un juego. Le taparon los ojos a Rosa para que 
“a ciegas” tratara de encontrarlos. Los niños
le gritaban: —¡Gallinita ciega, a que no me
atrapas! Entonces Rosa intentó correr tras 
ellos, pero como no veía se tropezó y se cayó.

La niña se lastimó las dos rodillas, los dos 
codos y hasta la nariz. Óscar y Víctor llevaron
a Rosa con su mamá para que la curara. Después,
Rosa les dijo: —Vamos a jugar otra vez,
pero un juego en el que pueda tener los 
ojos muy abiertos.
—Bien pensado —dijo la mamá—,
porque la vista es un sentido muy valioso.

Y tú... ¿Qué sabes de los ojos?
No todas las personas tienen los ojos
del mismo color. Pero no importa el color
de los ojos, con ellos podemos ver
muchas cosas.


Algunas personas necesitan lentes cuando tienen
problemas para ver las cosas que están cerca.
Otras personas los necesitan para ver las cosas
que están lejos.


Sólo cuando hay luz podemos ver claramente
los colores y las formas de las cosas.

Los párpados se cierran rápidamente cuando 
hay viento o cuando la luz es muy fuerte.
Las pestañas impiden la entrada de basuras
y las lágrimas lavan los ojos. Lloras cuando
te entra una basurita en el ojo y también
cuando estás triste.


Hay instrumentos, como la lupa, para ver 
mejor las cosas pequeñas.

Otros instrumentos, como el telescopio, sirven
para ver lo que está lejos. Tus ojos te 
permiten ver muchas cosas. ¡Cuídalos!
Fuente:
Libro de lecturas de primer grado(el de la portada del perrito)

El Teatro

El teatro


Mis amigos y yo haremos una obra de teatro.
Queremos representar una historia de castillos,
naves espaciales y planetas.

En la historia de la obra hay brujas,
hadas, dragones, duendes y astronautas.

Cada niño representará un personaje.
Yo seré el mago.


En los ensayos, cada uno aprende
lo que tiene que decir. A mi me toca decir:
—¡Tripitú tripitú! ¡Que aparezca el dragón azul-

Por fin llega el día en que hay que actuar.
El público espera, el telón se abre...
¡y empieza la función!


Hay muchos personajes: gigantes enojones,
tías lloronas y diablos risueños.
Todo es de mentira, pero actuamos como
si fuera de verdad.


El final de a obra es lo mejor: el astronauta
llega a su planeta, salva al dragón azul
y se casa con la princesa de cristal.

AI terminar la obra, el público aplaude mucho.
Todos los actores agradecemos contentos
los aplausos. ¡La obra ha sido un éxito!
Fin.

Fuente:
Libro de lecturas de primer grado (el del perrito)

Arroz con leche

Arroz con leche

Arroz con leche,
me quiero casar
con una señorita de la capital
que sepa coser,
que sepa bordar,
que sepa abrir la puerta
para ir a pasear.
Con ésta sí,
con ésta no,
con esta señorita me caso yo.
Cásate conmigo que yo te daré
zapatos y medias color café.

Que llueva, que llueva

Que llueva, que llueva
Que llueva, que llueva,
la vieja está en la cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan,
¡que sí!,
¡que no!,
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación,
y los tuyos sí, y los míos no. 

¿Quien le pone el cascabel al gato?

¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?

Habitaban unos ratoncitos en la cocina de una casa
cuya dueña tenía un hermoso gato, tan buen cazador,
que siempre estaba al acecho. Así, pues, los pobres
ratones no podían asomarse a sus agujeros,
ni siquiera en el silencio y oscuridad de la noche,
temerosos de los zarpazos de su terrible enemigo.
No pudiendo vivir de ese modo por más tiempo,
pues no tenían nada con qué alimentarse,
se reunieron un día para pensar un medio de salir
de tan espantosa situación.
—Yo les diré lo que hay que hacer —dijo
un joven ratoncito— Atemos un cascabel al cuello
del gato, y por su tintineo sabremos siempre
el lugar en que se halla. Tan ingeniosa proposición
hizo revolcarse de gusto a todos los ratones, que
se rieron a carcajadas. Pero un ratón viejo observó
con malicia: —Muy bien, pero ¿quién de ustedes
le pone el cascabel al gato?—
Y ninguno contestó.


Esopo

Moraleja
Es más fácil decir las cosas que hacerlas.