Iba tocando mi
flauta
Iba tocando mi flauta a lo largo
de la orilla;
y la orilla era un reguero de amarillas margaritas.
El campo cristaleaba tras el
temblor de la brisa;
para escucharme mejor el agua se detenía.
Notas van y notas vienen, la
tarde fragante y lírica iba,
a compás de mi música, dorando sus fantasías.
Y a mi alrededor volaba, en el agua y en la brisa,
un enjambre doble de
mariposas amarillas.
La ladera era de miel, de oro
encendido la viña,
de oro vago el raso leve del jaral de flores niveas;
Allá donde
el claro arroyo da en el río,
se entreabría un ocaso de esplendores
sobre el
agua vespertina.
Autor: Juan
Ramón Jiménez.
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