viernes, 7 de marzo de 2014

Los Dos Ratones

LOS DOS RATONES

Cierto ratón de ciudad fue a visitar a un pariente que vivía en el campo. Este le alojó en su casa y le ofreció de su comida que consistía en bellotas y habas. El ratón de ciudad, desdeñoso, dijo al campesino:
—Primo, vente conmigo a la ciudad, que se vive mejor.
El ratón de campo aceptó la invitación y juntos llegaron a la bien provista despensa de un palacio.
—Come todo lo que quieras, pues ya ves que no falta nada. Aquí se vive como un príncipe.
Estaban ambos en lo mejor del banquete, cuando la puerta se abrió bruscamente y los ratoncillos tuvieron que huir para salvar la vida. El ratón campesino, que no conocía los escondrijos de la
casa, pasó un susto espantoso.
Cuando se marchó la cocinera, dijo el ratón ciudadano.
—Tendrás que acostumbrarte al peligro, primo, puesto que puedes vivir opíparamente.
—¿Sí, eh? Quédate con todas tus maravillas, que yo vivo muy tranquilo en el
campo, sin ningún peligro. Y tú, con la panza bien llena, caerás un día en una ratonera o en el estómago de un gato. No cambio mi pobreza por toda tu opulencia.

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