jueves, 6 de febrero de 2014

El doctor Milolores

El doctor Milolores


Ana y Beto estaban muy tristes. Su mamá quería regalar
el perrito de la casa porque tenía pulgas. Entonces, pensaron
que el doctor Milolores Ies podía ayudar con alguno de sus
famosos remedios y decidieron ir a buscarlo.

Cuando Ana y Beto llegaron a la casa del doctor
no había nadie, pero la puerta estaba abierta y entraron.
La casa estaba llena de frascos de muchos colores y olores
diferentes. Aunque casi todos los frascos tenían etiquetas,
Ana y Beto no sabían para qué debían emplearse las medicinas.

Entonces pensaron que tendrían que regresar otro día,
cuando estuviera el doctor. Antes de irse Beto sintió
mucha hambre. Fueron a ver si había comida en el
refrigerador y no encontraron nada.


Entonces vieron que sobre una mesa había dos frascos 
con pedacitos de queso. Beto abrió uno de los frascos 
para comer un poco. Cuando Beto iba a probar el queso
Ana le dijo: -¡Espera! Antes de comértelo tienes que olerlo.
iUf! ¡Huele muy mal!


A lo mejor este queso está podrido. Además el frasco
no tiene etiqueta. No sabemos para qué lo usa el 
doctor Milolores. Beto lo pensó y dijo: -¡Mejor no 
comemos! Y en ese momento el doctor Milolores
llegó a la casa. Los niños le explicaron por qué
estaban ahí y lo que había pasado.

-¡Vaya! -les dijo el doctor-. Escaparon de un gran peligro. 
Usaron su sentido del olfato para saber que este queso 
no era normal. Además no quisieron comerlo porque
estaba en un frasco sin etiqueta. El doctor reflexionó
un momento y luego dijo: -¡Caramba! Olvidé ponerle
etiqueta al frasco... ¡Y tiene queso con veneno para ratones!

Con mucho gusto le quitaré las pulgas a su perrito 
-agregó el doctor-, pero deben prometerme que siempre
tendrán cuidado antes de probar lo que hay dentro de
un frasco. Beto y Ana  se fueron muy contentos. El doctor Milolores les había regalado un jabón quitapulgas y les 
prometió que siempre guardaría bien las cosas peligrosas.

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