jueves, 6 de febrero de 2014

¡Se cayó el circo!

¡Se cayó el circo!


El día que llegó el circo los cirqueros montaron la 
carpa: primero pusieron el poste central y después
los otros.  El poste central era muy fuerte, pero 
nadie se dio cuenta de que lo habían puesto sobre
un nido de termitas. Por la noche las termitas se
comieron la madera y el poste quedó muy débil.
Todo parecía estar bien  y al día siguiente,
muchas personas entraron para ver la primera 
función del circo.

La función comenzó y los payasos bromearon con
el público  y contaron chistes. Luego el mago apareció
muchas palomas y hasta un conejo, que saltó y saltó
para sentarse en las piernas de una señora muy seria.
Todos reían a carcajadas al ver la cara de sorpresa y
susto que pasó la señora. Después aparecieron los 
trapecistas y las bailarinas a caballo.


Por último, empezó el espectáculo principal:
la pirámide de los elefantes. Primero aparecieron cuatro
enormes elefantes y se pararon uno junto al otro. Luego
salieron otros dos elefantes y se montaron encima de 
los primeros cuatro. Le tocó el turno a Mahir que debía
subir y pararse encima de todos los elefantes. Mahir era
muy grande y pesado. Cuando trató de subir sobre
los otros elefantes, se resbaló y golpeó el poste central.

Entonces se oyó un ruido muy fuerte, porque el poste
se rompió y la carpa cayó sobre los elefantes. La gente
salió de prisa mientras los elefantes sostenían la carpa.
El dueño del circo estaba muy nervioso, pero después
del susto, repartió paletas heladas  y palomitas de maíz
a los espectadores. Nadie salió lastimado, y todos 
terminaron por contarle a sus amigos la aventura
de los elefantes, que terminaron siendo las columnas
del circo.

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