martes, 11 de febrero de 2014

Robinson Crusoe

Robinson Crusoe


Robinson Crusoe era un joven al que le 
gustaba hacer viajes y correr aventuras.
En uno de esos viajes hubo una terrible
tempestad y el barco encalló en un banco
de arena. Los marineros pensaron que el 
barco se iba a hundir. Lanzaron un pequeño
bote al mar y saltaron para salvarse.

Cuando se acercaban a la playa una fuerte
ola volcó el bote y todos cayeron al agua.
Robinson llegó a la playa y se dio cuenta
de que sólo él se había salvado. Caminó
mucho y comprobó que había llegado a una isla.
Al día siguiente vio que los restos del barco
estaban cerca de la playa y fue a rescatar
todos los objetos útiles que pudiera encontrar.


Robinson buscó un lugar para construir una
casa. Tuvo que fabricar sus propios muebles,
coser su propia ropa, domesticar animales
y recolectar frutas silvestres.

Poco a poco se acostumbró a su nueva vida,
pero se sentía muy solo. Un día encontró 
un papagayo y le enseñó a hablar. Así pasó
mucho tiempo. Cierto día, Robinson descubrió
una huella humana en la arena de la playa y
poco después vio a varios hombres, pero 
huyeron cuando Robinson intentó acercarse a ellos.

Sólo quedó uno. Se hicieron amigos y Robinson
lo llamó Viernes, porque fue en este día cuando
se conocieron. ¡Después de 25 años, Robinson
tuvo alguien con quien hablar! Robinson vivió
en la isla tres años más, hasta que lo rescataron.

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